Con la bajada de precios de material fotovoltaico e instalación se estima que una instalación de paneles solares entre 2 y 10 kWp (la habitual en entornos residenciales) se puede amortizar en un plazo de siete a nueve años, si se consigue mover una gran parte de los consumos en las horas de sol, por lo que teniendo en cuenta que este tipo de instalaciones tienen una vida útil de 25 años el ahorro a largo plazo sería muy importante.
La correcta ubicación de los paneles y la forma en la que se consuma la energía, van a ser dos factores importantes para determinar la eficiencia y el alto rendimiento de las placas solares y por tanto, la rentabilidad de una instalación.