Al frío este año le está costando venir. Pero eso no significa que no nos preparemos para su próxima llegada y dotar a nuestras casas de ese confort que todos anhelamos. Porque lo de pasar la Navidad con mantas y con más capas que una cebolla no mola.
Dependiendo de nuestros hábitos, del clima de la zona, de la ubicación de la vivienda o del tamaño de la casa, deberemos elegir el sistema de calefacción más adecuado. Y hoy vamos a ver algunos de los sistemas que más se utilizan en estos momentos.
Bombas de calor
La bomba de calor se utiliza en muchos hogares por su dualidad, ya que en verano sirve como aire acondicionado, y en invierno, sirve para calentar nuestro hogar a partir del aire frío del exterior. Las últimas máquinas de bomba de calor son bastante eficientes, ya que consumen poca energía hasta alcanzar la temperatura deseada.
Calienta la casa rápidamente desde que se conecta, aunque por contra, el calor también se dispersa antes que con otros sistemas de calefacción. Entre sus desventajas también aparecen el ruido del ventilador, y el coste de instalación de la bomba en caso de que tengas que meter conductos para distribuir el aire por toda la casa.
¿Dónde es más recomendable instalar las bombas de calor? Este sistema de calefacción es recomendable para zonas con clima cálido o templado y con inviernos suaves. Respecto a las viviendas, es ideal para casas con espacios abiertos y diáfanos en los que el aire se dispersa con facilidad. En cambio, la bomba de calor no es demasiado recomendable para las viviendas en las que hay muchas habitaciones, ha que el aire no circulará bien. Además. las bombas de calor también suelen resecar el ambiente.
Calefacción de gas natural
La calefacción de gas natural es una de las más extendidas en estos momentos. Es un sistema silencioso, eficiente al no perder prácticamente energía y que proporciona un calor muy confortable a los hogares, especialmente cuando las casas son muy grandes y tienen muchas habitaciones. Es ideal para climas muy fríos, y mantiene el calor sin problemas si la casa está correctamente aislada.
La calefacción de gas natural funciona con un circuito de agua que pasa por los radiadores de la casa, desde la que se desprende el calor. Eso sí, este tipo de calefacción requiere de una instalación previa que suele subir bastante ya que hay además de los radiadores, hay que instalar también una caldera. Además, dependiendo del precio del gas, el coste mensual también puede dispararse en los meses de más frío.
Radiadores eléctricos
La mayor ventaja de los radiadores eléctricos es que no hace falta obras para instalarlos. Simplemente, hay que instalar los radiadores con un enchufe cerca. Este tipo de radiadores calientan rápidamente la estancia, pero en cambio, suelen disparar la tarifa de la luz. Son especialmente recomendables para apartamentos pequeños y para personas que no suelen estar mucho en casa y quieren calor rápido al llegar.
Calefacción de gasoil
La principal característica de este tipo de calefacción es que utiliza el gasoil como combustible para hacerlo funcionar. Aunque tiene un mantenimiento sencillo, el mayor problema de este sistema de calefacción es que hace falgta un lugar para instalar el depósito de este combustible. De hecho, suele utilizarse en chalets y casas de campo, especialmente cuando están aisladas en el campo y no tienen canalizaciones de gas.
Estufas de biomasa
Es uno de los sistemas de calefacción más sostenibles ya no que no generan gases de efecto invernadero, al quemar residuos forestales de bosques o productos no utilizables por la agricultura. Además, el coste de producción del calor también es de los más económicos. y calienta los espacios de forma rápida.
El mayor problema de las estufas de biomasa es que necesita tener una salida de humos que no genere molestias a los vecinos, además de que debemos disponer de un espacio para almacenar los pellets que alimentarán la estufa.