La energía generada por biomasa es una de las energías renovables más empleadas en todo el mundo. Esto se debe a que no sólo presenta ventajas medioambientales, como las demás renovables, sino también ventajas económicas y sociales.
Ventajas de la biomasaLa biomasa es el recurso renovable más empleado en todo el mundo y una de las fuentes energéticas renovables con mayor potencial de crecimiento durante las próximas décadas. ¿Cuál es el secreto de este éxito? Sin duda, sus innumerables ventajas, que no se detienen en aspectos medioambientales. Veamos cuáles son:
Ventajas medioambientales:
– Para empezar, una ventaja muy básica pero fundamental es la de convertir un residuo en un recurso: el correcto tratamiento de la biomasa supone un aumento del reciclaje y una disminución de los residuos.
– La energía de biomasa no contribuye al cambio climático: su balance en emisiones de CO2 es neutro. Al quemar la biomasa para obtener energía se libera CO2 a la atmósfera, pero durante el crecimiento de la materia orgánica vegetal se absorbe CO2. De esta forma el ciclo se cierra y el nivel de emisión de CO2 en la atmósfera se mantiene constante.
– Al emplear la biomasa como combustible se eliminan residuos, deshechos, aguas residuales y purines que son fuente de contaminación del subsuelo y de las aguas subterráneas.
– En su proceso de combustión genera cantidades insignificantes de azufre y cenizas por lo que no provoca el fenómeno de la lluvia ácida.
– Desde el punto de vista agrícola, no sólo se minimiza el riesgo de incendio, sino que también se reducen las plagas de insectos, se aprovechan los residuos sin necesidad de quemarlos sobre el propio terreno y se realiza un mejor aprovechamiento de las tierras, pues aquellas en barbecho se pueden destinar a cultivos energéticos.
– El aprovechamiento de tierras abandonadas para los cultivos energéticos evita la erosión y degradación del suelo.
Ventajas económicas:
La biomasa representa un ahorro y un beneficio económico, ya que su precio es menor en comparación con los combustibles de residuos fósiles.
Por otro lado, ha demostrado ser un valor a prueba de recesión económica. Y eso lo está demostrando en los tiempos que corren. La producción de energía a partir de biomasa sólida no ha dejado de crecer en Europa desde el año 2000. El mayor crecimiento tuvo lugar en el año 2003 y fue del 9,8%, seguido de 2010, con un crecimiento del 8% con respecto a 2009.
En el caso de España, también ha habido un notable crecimiento del uso de la biomasa durante la última década, aunque a un ritmo más lento que en la Unión Europea. En nuestro país, se pasó de 4,176 Mtep de producción con biomasa en 2005 hasta los 4,751 Mtep en 2010, esto es, hubo un incremento del 13,8%.
Las principales ventajas económicas de la biomasa son sus costes competitivos y que contribuye a la generación de empleo, como cualquier sector en auge. Para la biomasa sólida, en particular, hay un gran potencial de empleo en el cuidado y recogida de la biomasa, manipulación y transporte, y operaciones en plantas. También se genera empleo para fabricantes de equipos y plantillas de mantenimiento.
Ventajas sociales:
El aprovechamiento energético de la biomasa tiene como ventaja social que contribuye al desarrollo rural y a que se reduzcan las desigualdades entre regiones. Y es que ayuda al tejido industrial y a la mano de obra en el entorno rural.
El desarrollo de este recurso favorece de esta manera que disminuyan el abandono del mundo rural y los desequilibrios de éste frente al urbano. Y por supuesto, contribuye al desarrollo sostenible.